lunes, 1 de agosto de 2011

Cuando acá es cualquier lugar y allá también.

Miguel: buen día.
Sr. Copen: …
Miguel: ¿alguna novedad de lo mío?
Sr. Copen: bueno, estuvimos analizando el caso y está usted en una situación particular. Convengamos que hace tiempo que no percibe ingresos y…casi un año que no paga la hipoteca. Lamento decirle que estamos tramitando el embargo de su vivienda.
Miguel: pero Sr. Copen, esto ya va a cambiar, es cuestión de tiempo, usted lo sabe, siempre ha sido así en este país. Yo soy profesional y mi señora también, mis hijos están estudiando para obtener su título. Además sin nuestra casa qué haríamos. Debe haber algún otro camino de proceder seguramente.
Sr. Copen: oiga, si yo no apruebo el embargo me quedo sin trabajo y luego me embargan mi casa ¿qué quiere que haga? Lo siento por usted y su familia, ya encontraran quien los ayude.
Fue así como te lo cuento Armando, tal cual. No me digas que no es lo mismo en todos lados? Cuando me llamó Miguel para contarme por lo que estaban pasando no supe que decirle. Imaginate, ellos tan lejos y uno aquí aprovechando la suerte de la “estabilidad”. La crisis pasea por el planeta entero y nosotros somos como un grano de arroz ¿entendés? Nacemos en la dulce caricia de las manos laboriosas, crecemos para alimentar a este mundo y luego nos cocinan para finalmente echarnos a un colador. Algunos granos se salvan y son devorados, otros se escurren entre los agujeritos, resisten a caer pero terminan yéndose por las cañerías para juntarse con la mierda en las alcantarillas. Nos chupan, y para colmo siempre estamos pidiendo por favor, otra oportunidad de ser vuestra comida. Me cago en la mierda! Lo peor es que hay tanto imbécil regocijándose de que ahora la sufren los otros, que ya era tiempo que les tocara a ellos. Pero los tipos que pagan los platos rotos son como nosotros, laburantes. Los hijos de puta, dueños de las corporaciones y de los bancos se caga de risa, es como un juego para ellos, como el Estanciero. Decí que uno ya está grande pero los pibes, tenemos que ayudarlos a que no caigan más en estas trampas espantosas, al final ¿qué mundo les entregamos? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario