domingo, 19 de junio de 2011

Extraña sensación de amar a un perro

Flor negra de la primavera,
de cuatro patas y larga cola.
Ya sin leche materna
te mezclaste con los perros de dos patas.
Sufriste nuestras costumbres
contagiándonos de las tuyas.
Laica,
nunca creiste en dioses.
Callejera,
amiga de los seres.
Me despierto creyendo
que al abrir la puerta
estará tu sonrisa canina.
De boca ancha
y orejas de burro.
Hermosa perra,
compañera de salir de paseo.
Me voy en mi bicicleta.
Pedaleando las calles,
sin nadie que corra a mi lado,
solo veo cosas que pasan.
Miro en cada casa
buscando tu silueta
entre ladridos que no puedo reconocer.
Vuelvo de noche
por otro camino,
de perros negros
con orejas de perro.
No sabría que decir
de tu ausencia
repentina.
El otoño se llevo las hojas
junto con tu cuerpo.
Y yo solo ladro a la luna.


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