lunes, 29 de abril de 2013

Empaquetado

Y así,
un día,
llegás a los cincuenta años
con una panza
que no te permite ver tu propia pija,
te das cuenta que el mundo
es una gran mierda
y lo primero que atinás a decir
es:
la juventud está perdida.

viernes, 26 de abril de 2013

Despierta(mente) dormidos

Si, un día llegará el mesías y traerá todo aquello que estamos esperando. Escatología política que le dicen. Aun creés que la palabra justicia tiene algún significado por fuera del diccionario? Todavía guardás la ilusión de que éste u otro gobierno te dará el reino de los cielos? Pensando un poco en la historia, desde la formación de los estados prístinos, podrás darte cuenta que nunca existió aquella otra palabrita tan trillada, "igualdad". Seguir aceptando que te gobiernen es el engaño de tu propio cerebro que busca ahorrar energías, pues resulta más sencillo despertar y obedecer que sentarse y crear nuevas ideas. La rutina te pesa como mochila de hormigón, pero no te das cuenta que despetarte es la rutina, porque ya te olvidaste de lo que soñar significa. De hecho ni siquiera podés recordar lo que soñaste anoche y tampoco comprendés por qué cada día tu cuerpo está más dolorido, ahí a la altura de los hombros, donde cargamos las mochilas de la estupidez.

jueves, 25 de abril de 2013

Tener un árbol, escribir un hijo y plantar un libro

Me están proponiendo publicar un libro con cosas que yo escribo. Es extraño lo que sucede, de verdad lo es. Mientras suena Bach, en manos de Glenn Gould interpretando Variaciones Goldberg, yo me detengo a pensar en Henry Miller, en Bukowski, en Fante, en Dostoievsky, en Osvaldo Soriano, en Chandler, la lista podría ser infinita. Esos tipos que se quemaron la cabeza leyendo todo cuanto pasaba por sus manos, que dedicaron mil horas a la pluma o a la máquina de escribir, al papel en blanco, la famosa hoja en blanco que acosa e intimida. Tipos que dedicaron su existencia a las letras, soñando cada día con que alguien le publicara una obra, con poder vivir de lo que escribían, porque sentían que realmente valía la pena. Bukowski luego de leer a Celine dijo que al fin había encontrado a un hombre que escribía mejor que él. Un poco por agrandado tal vez pero otro poco porque así realmente lo creía. Yo no me creo mejor que nadie pero si peor que muchos. Escribo porque es la forma que encontré para poder transformar todo lo que me pasa por adentro del cuerpo, lo que me toca el alma, el ombligo de mis limbos. Mi cabeza logró descifrar o decodificar el mensaje, quizás debería decir: reinventar el mensaje. Entonces me siento y escribo lo que me sale. Sin pretensiones más que las de poder seguir viviendo de algún modo, de poder seguir durmiendo algunas horas al día. No escribo para los demás, no le escribo a alguien en particular, escribo y punto o escribo y puntos suspensivos. Las palabras libro, poeta, escritor, son cosas muy grandes desde mis ojos y realmente me siento pequeño frente a ellas. Los libros son tesoros para mi, son esa cosa que quiero seguir teniendo, comprando, adquiriendo de algún modo, porque son la única cosa que creo que vale la pena tener y por eso es lo único que suelo regalar. Si, sería lindo regalarle a alguien un libro escrito por mi: tomá, lo escribí yo y te lo regalo, espero lo disfrutes! Eso es lo que yo disfrutaría, que alguien que escribió un libro me regalara su libro. Pero si fuera yo el que regalara mi libro diría: mirá, escribí muchas huevadas y me dejé convencer para que las publicara en éste formato que aquí ves, un pequeño libro lleno de esas huevadas que podrá servirte para encender un asado, para equilibrar las patas de una mesa o para revolearle al gato cuando esté hurgando en el cajón donde guardás tus calzones. Tal vez te sirva para cuando vayas a cagar y no tengas qué leer, podés aprovechar su papel para limpiarte el culo. Claro que nos reiríamos un poco y luego te irías a tu casa y yo me daría cuenta que te olvidaste de llevar el libro porque te importa un pito leer a Tolstoi y menos te importa leer a Juan de los Palotes. O lo llevarías para no ofenderme pero luego lo usarías para matar moscas en el verano. O tal vez, porque me querés un poco, lo leerías y hasta lo disfrutarías y yo te diría: que bueno que te gustó, podría haberte mandando todo lo que escribí por mail o te podría haber facilitado la dirección del blog donde pongo todo eso y te hubieses ahorrado el tiempo de cargar con otro libro sobre esta tierra. Si, es cierto que yo prefiero leer sobre papel y no sobre la mierda plástica de pantalla que ni tiene ni aroma. También prefiero el anonimato, prefiero no tener derechos de autor, prefiero seguir escribiendo sin pretensiones y por último, prefiero seguir escribiendo porque me hace bien aunque a vos no te guste lo que escribo.

Carta abierta al Anfiteatro

Anfiteatro, te hablo a vos, pedazo de piedra revuelta, hormigón armado, cacho de historia. Sabés, hace un año te conocí, o hace un año nos conocimos para ser más preciso. La verdad es que nunca te había prestado atención, aunque un par de veces se que nos cruzamos sin mirarnos pero sintiendo la presencia mutua. La cosa es que pensé mucho en vos estos días, no porque yo sea un tipo que ande con la agenda en la mano analizando las fechas y demás conmemoraciones. Lo que pasó es que algunas personas me recordaron que, como te decía, hace un año nos conocimos. En realidad ellos no saben que antes no nos conocíamos, igual eso no importa. Yo si me acuerdo que Emanuel me insistía en ir a destaparte, a descubrirte, a conocerte. Imaginate que no tenía mucho entusiasmo porque realmente no sabía lo que eras y por ahí también te prejuzgué. Un pedazo de piedra revuelta! Lo cierto es que me acerqué para ver qué onda y para joder un poco a Quiroga, eso si me motivaba. Hacer cualquier cosa en contra de un gobierno siempre nutre mi sangre, no podría negártelo ahora que nos conocemos hace ya casi un año. Cuando llegué al Parque Central no tenía idea dónde carajo estabas y me fui para el otro lado de las vías, ahí donde están los asquerosos arcos quirogueanos. Estuve un rato ahí esperando ver alguna cara conocida... y nada che. Así que me fui a caminar un poco hasta que te encontré, o mejor dicho encontré una olla gigante llena de tierra. Habrían unas quince personas más o menos. Entre ellos estaba Emanuel, quien me había convocado. De movida me pareció imposible sacar toda la tierra como para poder intimar con vos, y se lo dije a Ema. Pero que se yo, empezó a llegar más gente y comenzamos a enterrar las palas, los baldes, las manos. Era medio raro ver lo que ahí se estaba gestando, medio que empezabas a gustarme vos, tan pedazo de piedra revuelta tapada a la fuerza. De repente llegaron unos tambores, una Cosa e negros que tocaba sin parar y te hacía sentir un africano bailando al ritmo de las paladas. Así pasamos la tarde, meta y ponga, intentando revivirte. Tal fue nuestra entrega que llegaste a parir un Gato Negro vivo casi asesinado por unos perros que luego resultarían nuestros guardianes, y los tuyos, claro. El Sol comenzó con su juego de escondidas y alguno dijo carpas y yo dije voy por la mía que está en la otra punta de la ciudad y de paso me pego un baño y me traigo la guitarra. Cuando volví no lo podía creer, había más gente, vos estabas volviendo a respirar con un fogón en tu vientre, rodeado de tus amantes. Ya sabrás la cantidad de amor que generaste me imagino. Mirá, el flechazo fue tan grande que me quedé tres días seguidos ahí con vos, hasta que tuve que volver a mi casa porque tenía que laburar. Pero no podía dejar de pensarte mientras trabajaba, hasta que a las seis de la tarde salía corriendo para ir a verte y tocarte, más no fuera con una pala. Así todos los días durante tres semanas. Volvía a casa contento y triste a la vez, yo quería dormir con vos, dormir en vos mejor dicho. El cansancio medio que se evaporó o quedó guardado en una cajonera que tengo para guardar la ropa, pero que está siempre vacía. Yo te hablo a vos, cacho de historia, te hablo a vos sabiendo que no pecás de egocentrista y que no te molesta que un poco de todo esto también sea para tanta gente que ahí estuvo, a tu lado, a mi lado. Es que vos nos cobijaste, nos agrupaste con un fin hermoso que fue el de darte vida y a su vez vos nos la diste a nosotros. No se si me entendés bien lo que te quiero decir, porque a veces te extraño un poco che y por ahí me voy de mambo viste. Mirá, creo que el domingo voy a ir a darte un besito, tal vez en una de esas hasta nos tomemos un helado o bailemos un poco. Eso, bailemos! 

lunes, 15 de abril de 2013

El silencio, tercer día

Acaso debería sentarme a esperar mientras tu silencio se lo va comiendo todo,
o tal vez largarte un vómito de cosas extraídas desde el ombligo,
ahí donde se refugia el alma?
Acaso es que te he dejado sin palabras nuevamente,
para que te quedes sin las tuyas ni las mías,
para que me quede ya sin nada?
Estoy entre pincharte un ojo
y darte un abrazo,
en esta distancia infinita
que marca mi pulso.
Es como si el mundo,
al girar,
nos alejara cada día,
como si corriéramos sobre un terreno que se mueve bajo los pies,
cual cinta transportadora.
No te pido nada,
no quiero nada, 
menos aun mendigar tu sonrisa.
Pero ya deberías de saber
que cualquier palabra,
aunque fuera un: andate a la puta que te parió!
podría hacerme sonreír.

domingo, 14 de abril de 2013

Tu voz

Y si realmente fuera domingo
yo estaría cebándole un mate 
mientras usted me lee algún artículo 
que le ha llamado la atención, 
y sonaría Haydn de fondo 
mientras el gato enroscado 
en su propio cuerpo 
duerme plácido en la cama. 
Pero hoy yo no se qué día es, 
porque tengo el mate, 
el Haydn, 
el gato 
y hasta el árticulo 
pero me anda faltando su voz.

jueves, 11 de abril de 2013

Casi como idiotas

Que extraña se torna la vida
en una sociedad
donde todo puede hacerse con una máquina.
Hay máquinas para trasladarse,
para picar cebolla,
para secar el pelo,
para respirar también!
Hay de esas que reproducen letras,
en cualquier formato y tamaño.
Máquinas para sumar,
para construir,
para mezclar,
para limpiar
y para matar.
Hombres,
máquinas,
hombres máquina!
La vida se torna maquinal,
con botones de encendido
y apagado.
Y así nos vamos perdiendo
entre el frío metal,
entre el gusto a plástico,
que es la asquerosidad por excelencia.
Hasta resulta lógico
que nadie pueda comprometerse
con nada,
habiendo tanto aparato
que todo lo resuelve
sin el más mínimo esfuerzo.
Aunque todo
resulta mucho,
pues jamás podrán
conquistar mi sonrisa!

miércoles, 10 de abril de 2013

Chillando

No lo creas,
no del todo.
Hacé como que si, 
como que lo aceptás
mientras sonreís,
mientras lo masticas
para luego escupirlo,
cuando nadie te vea.
Lo mejor,
te digo,
será pasar desapercibidos.
Que nadie note el malestar,
la inconformidad
con ésta vida
envasada al vacío.
Ojo,
cuando te parezca que vas bien
desconfiá;
no es que vas bien,
tan solo le han echado aceite
a tu engranaje
porque estabas haciendo mucho ruido.

domingo, 7 de abril de 2013

El Titán

Mi cabeza está buscando tu mano
para ser acariciada,
justo ahí atrás,
donde terminan los pensamientos.
Quisiera dormir
el sueño eterno
de quien ya no desea 
ni posee nada.
Pero estoy aquí despierto
con el mundo sobre mis hombros,
como Atlas,
condenado.
Es difícil que puedas ver mi dolor
que está guardado aquí adentro,
invisible,
como tu mano.

viernes, 5 de abril de 2013

Hamurabi

Siento que me hincho por dentro
llenándome de angustias
que me robaron la risa 
y patearon mi alma
El corazón se me pudre
del llanto estancado 
que mi piel no deja huir 
hacia el otro lado
Y veo injusticias 
creadas por la justicia
que de justa ya no tiene
ni los ojos ni los dientes 
Y se va inflando mi pecho
de opresión y represión
un palazo en la cabeza
y una bala que me apaga

miércoles, 3 de abril de 2013

Colores santos


Las manzanas se pudren,
como cada ser.
A veces el gusano es real,
otras tan solo es una imagen.
Comimos la manzana
creyendo que Dios se encargaría
de todo mal.
Dios,
cualquiera podría serlo,
cualquiera menos uno mismo.
Y la culpa es de otro,
y la solución la tiene otro,
siempre.
El querido mesías a la vuelta de la esquina!
Mientras tanto
seguimos atrapados
en la nada misma
que nos despierta cada mañana.
El gato pidiendo más comida enlatada,
maullando una moda.
Nuestros hijos mirándonos sin comprender,
el pan nuestro de cada día.
Hacé una cosa,
juntá tu mierda,
toda tu mierda,
y pintala de colores,
porque yo ya me estoy pudriendo.