jueves, 16 de mayo de 2013

Mochilas

Hay algo que no manejo, que no estoy manejando. Me despierto dolorido, como si al dormir mi cuerpo entrara en una batalla brutal. Pareciera que me hubieran cagado a palos, especialmente en la espalda, a la altura de los trapecios pero un poquito más abajo. Algunas veces me duelen las piernas también y las sienes. No estoy pudiendo recordar mis sueños como para corroborar de qué se trata exactamente. Despertar resulta insoportable. Despertar se está volviendo rutinario y aburrido. Me gustaría dormir unos meses, ser el oso en la cueva, sin preocupaciones más que las de dormir. Tal vez me esté faltando mucha grasa y una cueva. Tal vez me estén sobrando muchas cosas, todas esas con las que estoy cargando, todas ellas tan pesadas como para romperme la espalda y apoderarse de mis sueños. No se, nunca quise vivir así, aunque en realidad tampoco se cómo vivir. Nadie lo sabe en realidad, pero no tengo ganas de hablar de los demás, allá ellos con sus pesares y con sus sueños.

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