martes, 13 de diciembre de 2011

Singularizando


Si, me dan ganas de largarte, como cascada que curte la pierda a través de los años. Qué querés  que te diga? Para mi es más fácil salir a caminar cuarenta cuadras, llegar a un bar y pedir una cerveza y luego otra. Reconocer alguna cara entre la oscuridad de la noche ya caída. Tal vez volver dando tumbos mientras aguardo la llegada del bendito ocho a las y treinta y dos. Si, me dan ganas. Especialmente cuando estoy cargado de toda esa sangre licuada que alguno podrá llamar: la mala sangre. Lo bueno, lo malo; lo tuyo, lo mío. Basta! Te decía eso de salir a caminar, me sienta bien. Ahora más aun, que están tan lindas las noches. Si tan solo pudiera guardar mi alma en dos cuerpos, uno nocturno, divagador, borracho…y el otro tan bien peinado, planchado y trabajador. Ya no es lo mismo en estos tiempos. Igual camino, para qué correr? Incluso el tren pasa despacio, haciendo resonar la ciudad con su bocina de saxo a lo Sonny Rollins y el traca-traca sobre el quebracho colorado que duerme en el sueño eterno, a pesar de tan brutas pisadas. Si, un día me subo al último vagón y sanseacabó, dejo todo ahí atrás, detrás. Por ahora lo veo pasar, lo escucho, hasta que me den ganas de largarme.

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