y guiñarnos los ojos,
de vez en cuando.
O planetas
girando en rededor del Sol,
para abrigarnos.
Quizás flores
que adornen el mundo,
alimentándolo.
Pero nos tocó ser esta masa
de carne y seso,
corazonada.
Entonces dejamos huellas,
cargamos mochilas
y jugamos a las escondidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario