Primero corría por el pasillo
que da a la puerta.
Iba y venía,
mientras intentaba descubrirlo.
Luego logró entrar a la cocina,
escurriéndose en el bajo mesada.
Es un bello ratón,
pequeño y astuto.
Mucho más que yo.
Debe ser eso,
lo que nos impulsa a querer matarlos.
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