viernes, 29 de noviembre de 2013

La puta vida

Podrías vivir mejor ocupándote de vos, dejando de lado los diarios, la radio, la tele, la pintura del auto nuevo, los Ray Ban, el maquillaje, la moda de vidriera y toda la mierda tecnológica. La preocupación infinita de sostenerlo todo, trabajar para sostener un mundo exterior, basado en la apariencia. El deseo de conservar las cosas inalterables al tiempo y vivir con la angustia de saberlo imposible. Entonces los materiales se rompen y uno necesita producir más para seguir aferrado a ellos, o pasan de moda o quedan obsoletos y más trabajo para mayores frustraciones. Se nos escapa de las manos, como se escapa un vaso que cae el piso y estalla en mil pedazos. No tengo dinero ni recursos ni esperanzas, soy el hombre más feliz del mundo, dijo Henry Miller. Y no estoy diciendo nada que no se haya dicho, nada que no hayamos pensado antes, solo que estoy seguro que no lo pensamos lo suficiente. En el mundo de hoy ya no se trata de ser o no ser, sino de tener o no tener. Pareciera que si tenés todo ganás el juego de la vida. Pero nadie tiene todo y el que más tiene más sufre, porque tarde o temprano se da cuenta que todas sus porquerías no le llenan la funda de la almohada humedecida de tanta lágrima silenciosa. No te gastes por triunfar, lo mejor que podés hacer es abandonarlo todo para sumergirte en tu propia existencia. De otro modo vas a terminar enrejado en tu propia casa, intentado proteger aparatos que no sabés ni cómo funcionan y en el transcurso de ese estúpido tiempo te vas a quedar pelado, se te van a caer las tetas y con suerte Dios te regalará un ACV que te mande a vivir otra vida. Ocupate de vos, de tu ser, dejá de ser una cosa frente al espejo, un plástico muñeco. Es duro ocuparse de uno mismo, enfrentar los demonios y amigarse con ellos, abrirle la puerta a los fantasmas para asustarlos y terminar riendo con ellos. Pero si no lo hacés ahora, cuándo será su tiempo? Y ya no temas tanto a la muerte, de una u otra manera se las rebuscará para alcanzarte, olvidate de ella o invitala a cenar una vez al mes y servile un buen vino, emborrachate con esa puta. Por último, no te olvides de la ducha fría y el ayuno y cuando puedas bailá un poco, enloquecé. 

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